No sé si alguno de ustedes perdió el tiempo, en el que se supone que debemos estar trabajando para llevar adelante el nuevo Plan Nuclear, en leer los mails mandados por Relaciones Públicas de la Institución titulados “Letras para Compartir”.
Al principio pensé que era una cargada, pero no, parece que los mandan en serio y con buenas intenciones (si es que queda algo de buenas intenciones dentro de CNEA).
“La ranita sorda”, el segundo cuento enviado por RR.PP., tampoco tiene desperdicio. Habla del apoyo necesario de los pares. Se ve que muchos de los de planta permanente no lo leyeron, ya que viven para quejarse de nuestros reclamos y cada vez nos dan más motivos para irnos de esta “casa”. Pocos son los que apoyan nuestros reclamos y nos desaniman cada vez más.
El tercero, “Vuela”, comenta que las ratas no resisten grandes alturas. Evidentemente este cuento no se basa en la realidad de la CNEA, ya que sabemos qué cargos ocupan las ratas. Sin embargo, B.C.y M. estamos volando cada vez más alto en exigencia de nuestros derechos, de lo que por Ley nos corresponde.
Por último, “La culpa es de la Vaca”, (no, no hace alusión a ninguna mujer de CNEA), nos trasmite que en toda cadena productiva la culpa es del que está más abajo. En este caso estoy de acuerdo. Hago un mea culpa, la culpa de estar precarizada es sólo mía. Acá los directivos de la CNEA no tienen nada que ver. Fui yo la que acepté estas condiciones laborales, a sabiendas de que se estaban cagando en mis derechos como empleada. Cuac.
Agradezco a la gente de Relaciones Públicas por tirarme en la cara todas estas verdades. Sin ellos seguro que no nos dábamos cuenta.